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domingo, 17 de abril de 2011

Uno intenta dejarlo, pasar, olvidar el tema, sacarlo de su cabeza, buscar respuestas a cada pregunta, siempre la respuesta que queremos escuchar, no la que realmente es.
Hace tiempo, yo me hize millones de preguntas y a la vez obtuve millones de respuestas, maneras nuevas de pensar, nuevas maneras de ver la vida, y ¿sabéis?, muchas han sido malas, vale, pero otras, quizá pocas, me han servido para darme cuenta de tantas cosas, de darme cuenta que no merece la pena luchar por lo que uno ya no tiene, que no merece la pena intentar algo que ya es imposible, tampoco merece la pena preguntarse cada día la misma pregunta, ¿por qué?, y mucho menos intentar ver falsas realidades.
Otra de las cosas que me di cuenta es que no puedes luchar sin parar, incluso intentar obligar a que esa persona vuelva a ser como antes, ya que eso no es decisión tuya, y desde pequeña aprendí a respetar las decisiones de los demás.
A veces pasan cosas que no te imaginas que fueran a pasar, pero pienso que todo ocurre por un motivo, ¿el motivo? ni idea, eso no lo sé y creo que nadie lo sabrá.
Las cosas pueden cambiar tanto, dar un giro de 180º; hay veces que lo hace de manera lenta, y otras que lo hace de la mañana a la noche, nunca se sabe, lo único que queda es que adquieras la capacidad de adaptarte a ello, lo más rápido posible, sin dejar que nada te afecte, o al menos, casi nada.
en todo este tiempo lo adquirí, me adapté como pude, ya nada me afectaba, aunque no os voy a mentir, aún me siguen afectando pequeñas cosas.

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