Seguidores

viernes, 9 de diciembre de 2011

Me dueles, me ardes, me siento cobarde.

Hasta que un día el viento helado se metió en mi habitación congelándome la piel y el corazón, y despertó de mi pasado los fantasmas y una horrible confusión, nos abrazó. 


Te quise dar la vida, nada nos faltaba y nada nos dolía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario